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En teoría, la elección
profesional es una opción que cada persona hace libremente según
sus gustos y preferencias. Sin embargo, la realidad social nos muestra una
clara división entre las profesiones elegidas por chicas y chicos,
siendo las elegidas por ellos las de mayor prestigio social, mejor remuneración y mayor estabilidad.
Las elecciones profesionales son claramente estereotipadas, ya que,
de hecho, se realizan en función de los roles asignados a mujeres y
hombres en una sociedad en la que persiste la división social en
función del sexo.
Legalmente todas las personas son iguales y teóricamente
mujeres y hombres tienen las mismas oportunidades. Sin embargo, es
evidente que las mujeres sufren una clara y continua discriminación
en todos los aspectos y facetas de la vida. Esto se manifiesta durante
todo el proceso educativo formal e informal, repercutiendo negativamente
en las elecciones profesionales que hacen las jóvenes.
Las concepciones que se han mantenido a lo largo de la historia
sobre el trabajo y especialmente el femenino, siguen manifestándose
en la escuela, libros de texto, medios de comunicación, la familia,
y en el lenguaje. Los modelos que se ofrecen refuerzan psicológicamente
los roles y estereotipos sexistas en las jóvenes, y perpetúan
la discriminación y subordinación de las mujeres.
Pensamos que en el proceso de orientación profesional que
realizan las/los trabajadoras/es del INEM se debe contribuir a una
orientación más amplia y profunda, en cuanto al trabajo y la
organización.
Esta profundización debe actuar sobre la capacidad de las
mujeres para aprender a auto-orientar su vida laboral, y sobre todo en su
motivación. Al menos, en lo que concierne a sus opciones
profesionales básicas.
La orientación debe contribuir a suscitar la adopción
de una elección profesional y, a partir de ésta, a una inserción
o reinserción y el ejercicio profesional satisfactorio.
Las profesiones en las que las mujeres se
encuentran infrarepresentadas son una nueva vía a conocer y
explorar en su camino a la inserción laboral. Como posibles pautas
a seguir destacaríamos las siguientes:
— Informarse y orientarse sobre los campos profesionales más
demandados (Observatorios Ocupacionales del INEM), concretamente sobre los
procesos de trabajo y las condiciones organizativas y laborales en los
sectores seleccionados.
— Tomar conciencia de las propias posibilidades (aptitudes,
habilidades e intereses) y de la adecuación de las mismas a los
requerimientos profesionales y condiciones de desempeño de
las actividades relacionadas con
la opción profesional escogida: propiciar la autorreflexión
sobre la propia potencialidad ocupacional, así como el cambio y
desarrollo de actitudes que se reviertan
en una mejora de la autoconfianza
y de la motivación hacia la inserción laboral.
En definitiva, el personal trabajador del Instituto Nacional de
Empleo podría dar esa orientación o reorientación
encaminada a detectar las habilidades de las mujeres y reconducir su opción
profesional hacia sectores productivos donde haya más salida, con
independencia de que se trate de puestos de trabajo tradicionalmente
ocupados por hombres o mujeres. |
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